Michel Bras

Michel Bras nació el 4 de noviembre de 1946
en Gabriac (Aveyron). Fascinado por l’Aubrac y la cocina, desde pequeño, guiado
por su madre, se inició en la cocina del terruño. Se instruyó sólo, dejando
hablar a su intuición. Tras dar fama al hotel familiar, Lou Mazuc, obtuvo allí
uno y luego dos "macarrons" en la Guía Michelin. En 1992 abrió el
Michel Bras sobre el Puech du Suquet, restaurante que ostenta los máximos
galardones mundiales.
El chef es el mediador. Hay que escuchar sus mensajes, depurarlos,
integrarlos antes de poder restituirlos sin traición. Observar la naturaleza que lo rodea. Es a través de la creatividad expresiva, que él se realiza. Los productos permiten expresar su alma, realizarse. No proponer solo alimentos sino también emoción, sensibilidad que hay que compartir con los huéspedes. Las presentaciones de los platos son vivas, chispeantes, dinámicas, "es el viento que pasa". La analogía guía el paso. Por ejemplo: las hojas amplias y ovales de la genciana lutea, se convierten en un estuche de presentación como las hojas de plátanos encontradas en Indonesia;
Cocina del "terroir". El alma de la creación siempre viene de la tierra, pero para hacer vibrar mejor la sensibilidad gastronómica, el placer absoluto, asocia los cinco sentidos y los cuatro sabores. Esta ósmosis se aleja de los cánones del gusto, sorprende y no es siempre comprendida, pero el creador va hasta el final con audacia y tenacidad.
Obras como: "El Libro de Michel Bras", "Las Libretas de apuntes de Michel Bras" aportan más elementos sobre esta personalidad
El chef es el mediador. Hay que escuchar sus mensajes, depurarlos,
integrarlos antes de poder restituirlos sin traición. Observar la naturaleza que lo rodea. Es a través de la creatividad expresiva, que él se realiza. Los productos permiten expresar su alma, realizarse. No proponer solo alimentos sino también emoción, sensibilidad que hay que compartir con los huéspedes. Las presentaciones de los platos son vivas, chispeantes, dinámicas, "es el viento que pasa". La analogía guía el paso. Por ejemplo: las hojas amplias y ovales de la genciana lutea, se convierten en un estuche de presentación como las hojas de plátanos encontradas en Indonesia;
Cocina del "terroir". El alma de la creación siempre viene de la tierra, pero para hacer vibrar mejor la sensibilidad gastronómica, el placer absoluto, asocia los cinco sentidos y los cuatro sabores. Esta ósmosis se aleja de los cánones del gusto, sorprende y no es siempre comprendida, pero el creador va hasta el final con audacia y tenacidad.
Obras como: "El Libro de Michel Bras", "Las Libretas de apuntes de Michel Bras" aportan más elementos sobre esta personalidad
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